domingo, 26 de octubre de 2014

HECHO PARA TIRAR



         Mi curiosidad vino de un documental en Tv2 que hablaba de COMPRAR, TIRAR, Y VOLVER A COMPRAR. Un film de Cosima Dannoritzer en el  que hablaba de la obsolescencia programada.
Sinceramente me impacto.
 Sabía lo de la famosa bombilla que hace más  de 105 años que está encendida continuamente en un edificio de los Bomberos de Nueva York.
Más tarde en la biblioteca encontré un libro que hacía referencia a la OBSOLESCENCIA PROGRAMADA y que  el autor también hacía referencia a Cosima autora de dicho documental. Ya  que para poder escribir varios temas tuvo  que recurrir a la información que tenía Cosima, y que le pidió que realizara el libro.
       Vivimos en estas últimas décadas, en una situación que el consumo a parte de ser casi un bien común.
El llamado término de la obsolescencia programada. A que se le  denomina  obsolescencia programada u obsolescencia planificada a la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto o servicio, éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
Se considera que el origen se remonta a 1932, cuando Bernard London proponía terminar con la Gran Depresión lucrándose a costa de la sociedad a través de la obsolescencia planificada y obligada por ley (aunque nunca se llevase a cabo). Sin embargo, el término fue popularizado por primera vez en 1954 por el diseñador industrial estadounidense Brooks Stevens. Stevens tenía previsto dar una charla en una conferencia de publicidad en Minneapolis en 1954. Sin pensarlo mucho, utilizó el término como título para su charla.El potencial de la obsolescencia programada es considerable y cuantificable para beneficiar al fabricante, dado que en algún momento fallará el producto y obligará al consumidor a que adquiera otro satisfactor, ya sea del mismo productor (mediante adquisición de una parte para reemplazar y arreglar el viejo producto o por compra de un modelo más nuevo), o de un competidor, factor decisivo también previsto en el proceso de obsolescencia programada.
Para la industria, esta actitud estimula positivamente la demanda al alentar a los consumidores a comprar de modo artificialmente acelerado nuevos productos si desean seguir utilizándolos.
La obsolescencia programada se utiliza en gran diversidad de productos. Existe riesgo de reacción adversa de los consumidores al descubrir que el fabricante invirtió en diseño para que su producto se volviese obsoleto más rápidamente a fin de que los clientes recurran a la competencia y basen su elección en durabilidad y  buena calidad del producto.
Por ejemplo, en informática un software no desarrollado todo lo cuidadosamente que se debería puede provocar obsolescencia del hardware en el cual se ejecuta. Pero esta  obsolescencia aparte del lucro económico  de los fabricantes, tiene como compartida la sostenibilidad medio ambiental a largo plazo. Aparte de que se está utilizando el tercer mundo como vertedero de todo lo inservible de la sociedad industrializada. Causando un impacto a nivel medio ambiental, y además la población está en contacto con estos  productos inservibles para reciclar ciertos componentes que además son tóxicos para la salud.
También existe la obsolescencia por MODA. El bien de consumo de la ropa que la hace obsoleta porque ya no es moda. Y según que  estampados o diseños vislumbran que son de otras temporadas.
OBSOLESCENCIA DE MEDICAMENTOS.La mayoría de medicamentos contiene componentes químicos cuya vida útil es limitada, sin embargo, algunos laboratorios reducen la fecha de caducidad de los fármacos que producen con el fin de obtener mayores ganancias en el rentable negocio de la salud, ocasionando que los pacientes desechen los medicamentos supuestamente vencidos para adquirir otros nuevos. 
Obsolescencia de materiales eléctricos y electrónicos. El procedimiento suele ser el siguiente: uno de los aparatos electrónicos de uso habitual falla. Cuando el dueño lo lleva a reparar, en el servicio técnico le dicen que resulta más rentable comprar uno nuevo que arreglarlo.
Generalmente el precio de la mano de obra, las piezas estropeadas y el montaje suelen costar un poco más que adquirir uno nuevo. Por ello normalmente el usuario suele desechar el producto averiado y comprar uno nuevo. Esto ocurre en algunos componentes digitales del ordenador tales como la impresora, las unidades de disco óptico, los monitores LCD o LED, la tarjeta madre o el mismo microprocesador. Afortunadamente no ocurre así con los monitores CRT, parlantes, equipos de audio y vídeo como el reproductor de DVD, televisores, radios, deck de casete, equipos de sonido, todos ellos -la gran mayoría analógicos- son reparables.
El problema se basa en la gran cantidad de residuos que se originan actualmente al realizarse este fenómeno una y otra vez, cada día, en todo el mundo. En elorbe hay más de 7 000 000 000 de habitantes, y el número continúa creciendo: hay un aumento poblacional de 210 000 personas por día. La generación diaria promedio de basura «per cápita» es de 1 kg: alrededor del mundo, en tan sólo un día se generan 7 000 000 000 kg de desechos.
Una vasta cantidad de éstos no son biodegradables, y el tiempo que transcurre hasta que se considere que ha ocurrido descomposición, al menos parcial, puede ser muy prolongado. Además muchas veces los residuos son altamente contaminantes. Esto incide negativamente tanto en la integridad del entorno como en la salud de sus habitantes.
Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) contienen materiales recuperables, que evitan la explotación de nuevos recursos naturales, y otros que pueden ser contaminantes, de modo que si no se les trata adecuadamente pueden resultar dañinos para el ambiente.
Tales elementos electrónicos contienen materiales tan contaminantes como el plástico, el polipropileno (PP), las baterías de plomo, etc. El plástico es el material más lento para degradarse: de 100 a 1 000 años. Al aire libre pierde tonicidad, se fragmenta y se dispersa. Enterrado dura más.
La mayoría está hecho de tereftalato de polietileno (PET), material duro de roer: los microorganismos  carecen de medios para atacarlos. El polipropileno tarda 1 000 años en descomponerse, contamina menos que el poliestireno (PS) pero también tarda. Aun así el plástico queda reducido a moléculas sintéticas, invisibles pero omnipresentes.
Una de las partes muy preocupantes es la relativa a baterías (o acumuladores) de plomo, invento que remonta a 1889. humDebido a su elevado contenido de plomo implica grave peligro para el ser humano y para el ambiente. Respirar polvo o emanaciones de vapor de este metal puede provocar graves perturbaciones para la salud, incluida la muerte, además de perjudicar el entorno, advierte el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Según los cálculos de este organismo internacional, de los 2,5 millones de toneladas de plomo que se generan anualmente en todo el mundo, tres cuartas partes sirven para fabricación de baterias que se utilizan en automóviles, teléfonos y computadoras portátiles o en las industrias.

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