martes, 6 de marzo de 2012

La TENSIÓN ARTERIAL

EL TENSIÓMETRO.
año 1881
También denominado ESFIGMOMANÓMETRO. Menudo nombre, ¿verdad? .Pues etimológicamente  es el conjunto de 2 palabras procedentes del griego: sphygmós que significa pulso.  Manómetro que significa medida. Aunque es conocido popularmente como tensiómetro o baumanómetro (nombre  del iniciador) instrumento médico no invasivo  medidor de la presión  arterial. Se compone de un brazalete hinchable más un manómetro que es el medidor de la presión arterial, y un estetoscopio para auscultar  el intervalo de los sonidos  de Korotkoff (la sístole y la diástole). Los sonidos  oídos  durante la medición de la presión  sanguínea no son iguales a los latidos en forma de “lub” y "dup” del corazónque se deben al cierre de sus válvulas. En una persona normal, sin ninguna patología arterial, al colocar la membrana del estetoscopio sobre la arteria radial entre el tendón del músculo palmar mayor medialmente y el tendón del músculo supinador largo lateralmente ,canal del pulso, no se oirá ningún sonido. Cuando el corazón late, estos pulsos son transmitidos suavemente en flujo de sangre laminar (no turbulento) a través de las arterias y no produciéndose  ningún  sonido audible.
Breve historia del esfigmomanómetro.
La evolución del esfigmomanómetro va ligada a la historia de la medida de la presión arterial. Los médicos egipcios ya tomaban el pulso mediante palpación de las venas. No obstante la medición de la presión arterial se comenzó a realizar a mediados del siglo XIX, siendo el primero el doctor Stephen Hales que realizó los primeros experimentos para medir la presión sanguínea. Para realizar esta operación canalizó por primera vez la arteria de una yegua con un tubo de vidrio y observó cómo la columna de sangre ascendía con cada latido del corazón. El fisiólogo francés Poiseuille fue el primero en emplear una columna de mercurio como primera idea de instrumento de medición de la presión arterial, en 1828 gana una medalla en la Academia de Medicina de París por dichas investigaciones. Un año antes Samuel Siegfried Karl Ritter von Basch inventó el esfigmomanómetro de columna de agua. Las ideas de Poiseniulle permiten al doctor/ingeniero Carl Ludwig desarrollar el kimografo en 1847. Los métodos desarrollados por estos investigadores eran invasivos y consistían en la introducción de una cánula directamente en el sistema circulatorio.

Hasta 1855 no se comenzaron a vislumbrar formas de medición "no invasiva", y uno de sus precursores fue el fisiólogo alemán Vierordt (con su precursor denominado esfigmógrafo). Sus ideas eran buenas pero obtuvo el éxito esperado hasta que Etienne Jules Marey en 1860 mejora el instrumental y diseña un esfigmomanómetro portátil y no intrusivo. Su instrumento gana adeptos poco a poco en el mundo médico de finales del siglo XIX. El avance de las técnicas no invasivas fue determinante con las mejoras realizadas a los esfigmomanómetros y una de las más relevantes fue la que en 1896 realiza Scipione Riva-Rocci inventando el esfigmomanómetro de columna de mercurio. En 1905 el médico ruso Nikolai Korotkov descubre un método "no invasivo" capaz de medir fácilmente la presión arterial mediante auscultación. Comunica su descubrimiento en una simple nota de 207 palabras a la Academia de Ciencias Médicas de San Petersburgo. Y en 1915 William A. Baum  inventa el baumanómetro esfigmomanómetro tal y como se conoce a comienzos del siglo XXI, su avance permite medir la tensión con un instrumento portable.

En la década de los años setenta se comenzó a introducir en los ambientes hospitalarios los esfigmomanómetros digitales capaces de realizar medidas automáticas. Los avances en la miniaturización de los componentes electrónicos, y su continuo abaratamiento, logró que a finales del siglo XX fuese posible adquirir un instrumento de medida y realizar las medidas sin la asistencia de personal cualificado. A comienzos del siglo XX es un electrodoméstico que se puede adquirir en farmacias. Los esfigmomanómetros de mercurio se han ido retirando paulatinamente debido a que no parece ser biodegradables y por motivos medioambientales no son adecuados. El mercurio contenido en las ampollas es un contaminante no degradable, bioacumulable, que pasa al medio ambiente por evaporación o a través de las aguas residuales, y se deposita en el fondo marino, en el suelo y en sedimentos que pueden entrar posteriormente en la cadena alimentaria.

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