Era alta esbelta, pelo blanco y su moño tan característico centrado en media cabeza. Vestía de negro, como buena viuda que era.Con un atuendo casi diría monástico, una bata abrochada con una hilera de botones, y encima un delantal a cuadros pequeños de color negro, en los días más frios se ponía una manteleta (como lo llamaba ella) de lana también de color negra.Usaba medias de algodón y zapatos negros. En cada paso que daba cojeaba renqueando una pierna ya que de joven había tenido un accidente doméstico y tenía unas úlceras, formaban parte de su vida, era alegre y reía con una característica de una abuela, bisabuela muy feliz, pasaba sus ratos haciendo ganchillo y fue ella quien me enseño hacer los puntos básicos del ganchillo, le gustaba contar historias, cuentos, o anécdotas intercambiadas en sus múltiples salidas al parque. Tenía facilidad de gruñir con mi madre, ya que era una persona muy autoritaria, y a a la vez manipuladora, y esta situación desequilibraba la buena convivencia de nuestra casa.
Vino a casa, procedente de un pequeño pueblo del Maresme, dónde vivía en una enorme casa, con muchas carencias. Fue un lujo venir a vivir a la gran ciudad para ella.
Vino a casa, procedente de un pequeño pueblo del Maresme, dónde vivía en una enorme casa, con muchas carencias. Fue un lujo venir a vivir a la gran ciudad para ella.
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